La fotografía como una representación personal

Funciona para la fotografía el dicho de que esta construye su propia historia, así como lo hicieron Rosa Oriol y su esposo cuando decidieron sacar adelante su pequeña tienda en Manresa. Pero también podríamos aplicar para la fotografía, el hecho de que cada fotógrafo ha de recorrer un camino muy personal con el que puede sostener su propia forma de asumir a la fotografía como un arte, además de su técnica.

Y es que si indagamos en el concepto fotográfico como tal, es decir, de esa idea que sostiene la imagen, este se encuentra sustentando el mensaje que desea expresar, por lo que se torna la interpretación más profunda que se puede hacer sobre el hecho de la imagen tomada como un concepto artístico.

La imagen capturada en el momento justo, tiene la capacidad de contar historias, pero sobre todo, de conceptualizar el mundo que rodea al fotógrafo traduciéndolo por medio de símbolos personales y sensoriales bastante reconocibles. No obstante, si nos enfocamos en la fotografía como una expresión estética, de esta no se suele hablar frecuentemente debido a que se insiste más en su habilidad para captar la realidad, para transformar la imagen en un testimonio veraz, e incluso, para sustentar la información y la vivencia como un elemento testimonial.

Pero si deseamos darle una connotación de expresión artística sólo como un derecho propio, la fotografía al parecer cae en un foso oscuro en donde en pocas oportunidades el fotógrafo es cuestionado. Y es que el arte como código y símbolo subjetivo, parece construirse a partir del mime to en el que se percibe la imagen y ello no sólo como un producto técnico, que obviamente puede serlo, sino como un genuino reflejo sobre la opinión, las metáforas privadas y las ideas que convergen en su autor.

Una imagen, una realidad

La foto es en su ser, sólo una estructura esencial cuyo objetivo no sólo se enfoca en captar la realidad, más allá de que puede hacerlo, sino de alcanzar una reflexión sobre lo subjetivo pero desde una perspectiva muy esencial. De este modo, surge la premisa de, ¿Por qué en su mayoría, los fotógrafos no tienden a analizar su trabajo desde una óptica artística?, ¿Cuáles suelen ser los errores que con más frecuencia cometen quienes son creadores visuales cuando no alcanzan a concebir su obra como una expresión que puede trascender en las ideas? ¿Cuanto puede afectar la integridad de la obra fotográfica el hecho de concebirla sólo como un recurso inmediato, técnico y comercial? Después de haber recurrido a la opinión de diversos fotógrafos en relación al tema, surgen algunas conclusiones que podrían ser resumidas de la siguiente forma:

Un fotógrafo no es capaz de concebir su trabajo como una expresión artística, cuando este no se renueva, evoluciona, crece, o se transforma
Cualquier tipo de fotografía, aunque se trate de la documental en estado más puro, siempre será un reflejo de su autor. Por lo que cada decisión artística, conceptual y simbólica que es tomada por el fotógrafo al momento de captar alguna imagen, suele crear una concepción única sobre la realidad.
La fotografía, es el reflejo de cómo el fotógrafo elabora e interpreta los códigos y símbolos de lo que le rodea en un lenguaje visual consistente.
La fotografía siempre será una idea elemental y concreta de como se construye una expresión artística muy personal.